La profesionalidad, la técnica y la experiencia importan. Pero ¿y el esfuerzo y la ilusión por alcanzar unas metas? Estos “valores” cotizan al alza en Móstoles, como proclamó la concejal de Juventud, Eva Sánchez, en la entrega de los Premios y Reconocimientos Distrito Joven. La escultora Isabel Martín, los bailarines Irene y José Conesa, los metaleros Soma’s Cure, el dramaturgo Alejandro Cavadas y el operario de limpieza José Manuel García son los triunfadores de la primera edición. “¿Generación nini? No creo que los jóvenes de hoy pasen de las cosas: tienen ilusiones, metas, ganas de comerse el mundo…”, recalcó el vicealcalde, Daniel Ortiz.
“Con los premios hemos demostrado que hay jóvenes prometedores en Móstoles, jóvenes que realizan una gran labor, y hemos querido ayudaros en vuestro desarrollo profesional”, expresó la concejal de Juventud, en el salón de plenos, con los ganadores repartidos en dos filas de la bancada central. Con los 1.500 euros del premio los músicos grabarán en un estudio profesional, y los bailarines y la escultora mejorarán su formación artística. “Espero que, si algún día alcanzáis vuestras metas, recordéis con cariño el paso por estos premios, como lo haremos nosotros”, confió la concejal.
“No nos resignamos a ver cómo los medios de comunicación dan una imagen
distorsionada de la juventud; no creo que esta generación sea peor que las
precedentes”, apuntó el vicealcalde de un municipio donde “hay 70.000 personas
de 12 a 35 años”, y donde “muchas de las cosas importantes las hacen los
jóvenes”. Frente a quienes venden “morbo” y talento “subsidiado”, Daniel
Ortiz alabó a los jóvenes “que se sacan las castañas del fuego, que se forman,
evolucionan y siguen adelante”. “Lo importante es esforzarse día a día, ser
una buena persona y tener proyectos”. El vicealcalde animó a los jóvenes
a contribuir con su talento a “que Móstoles sea una ciudad de la que sentirse
orgulloso” y celebró que “los jóvenes sientan al Ayuntamiento como algo útil”,
en cuestiones como la vivienda asequible e incluso en asuntos en los que
la administración local no tiene competencias, como el empleo.
Quienes conocen a Borja (19 años), Darío (18), Víctor (18), Txema (19) y Álvaro (20) saben lo mucho que disfrutan componiendo, ensayando, tocando. Pero con la designación de Soma’s Cure el jurado de los Premios Distrito Joven de Música premió algo más: “Talento, compañerismo, dedicación, entusiasmo en cada nuevo proyecto y la notable evolución en cada directo”, como recordó Eva Sánchez, que los deseó suerte en la inminente grabación de su primera maqueta en un estudio profesional. El entusiasmo debe de ser contagioso, porque tuvieron más de un centenar de seguidores coreando sus canciones en mitad del aguacero en la finalísima de los premios, en la plaza del Pradillo. Puedes encontrar detalles de la peripecia musical de Soma’s Cure, en el número 23 de la revista.
Los hermanos Irene y José Conesa llevan casi una década bailando, o sea
media vida o más, porque tienen 16 y 19 años, respectivamente. La suya es
una historia de sacrificios: Irene y José no pueden emperezarse con el ordenata y
la tele, como la mayoría de adolescentes, porque tienen clases a
diario, ensayos, y además compiten muchos fines de semana. Su palmarés evidencia
que el esfuerzo da frutos: campeones de Europa en baile en formaciones, campeones
de baile estándar en la Comunidad, terceros de Europa de baile retro en la
modalidad combinada y otros triunfos. A más de su profesionalidad, el jurado
ha premiado en los hermanos Conesa “su esfuerzo y dedicación de todos estos
años”. “Esperamos contribuir con el premio a vuestro desarrollo profesional
internacional”, deseó la titular de Juventud. Tienes mucho más sobre estos
bailarines de campeonato, en el número
8 de Distrito Joven.
“El día en que le comuniqué a Isabel que era la ganadora del Premio Distrito Joven de Artes Plásticas me dijo que ese logro era también de sus padres por haberla dejado que estudiase y se dedicase a lo que le gusta”, desveló la concejal al presentar a la escultora Isabel Martín, alumna de 4º curso de Bellas Artes. La artista dedicará los 1.500 euros del galardón a continuar formándose en lo que para ella es una forma de expresión vital. En esta escultora de 22 años se reconoce “un tremendo potencial para el mundo del arte, la dedicación constante y la concepción de la escultura”. Su pieza Pandora abrió esta vez la caja… de los sueños. La propia Isabel habla de su aventura creativa en el número 24 de la revista, acá.
Alejandro Cavadas es un emprendedor nato: con sólo 10 años convenció a los profesores de su colegio de la necesidad de sacar un periódico quincenal; y, con 17, aplicó aquel ímpetu original a crear una asociación de fines culturales, Melpómene, que sigue en marcha. “Como anécdota diré que la primera junta directiva la componían su madre, un amigo, la madre y la tía del amigo y él mismo”, sonrió la responsable de Juventud. En un año ya tenían taller y compañía de teatro; con horas de ensayo y 20 euros por cabeza consiguieron estrenar su primer montaje, Pornografía barata, que recibió elogios de profesionales de la escena como el dramaturgo Andrés Lima. Con María Miguel y Francisco Valcarce como colaboradores del alma, Alejandro ha probado que el teatro es una herramienta de integración y desarrollo, que igual sirve para estudiantes de instituto que para menores con discapacidad psíquica. Alejandro consiguió que más de 20 personas avalaran su candidatura al Reconocimiento Distrito Joven, una categoría sin dotación económica pero con una importancia simbólica crucial: “Alejandro es un espejo de la vitalidad cultural de la ciudad por su compromiso social y por demostrar que con esfuerzo y valor los jóvenes pueden lograr sus sueños”, resumió Eva Sánchez.
El jurado de los Reconocimientos de Distrito Joven distinguió con una mención especial a José Manuel García, operario de la limpieza urbana. La concejal de Juventud lo presentó así: “Hay unanimidad sobre este joven entre conocidos, compañeros de trabajo y los habituales de las mañanas en el centro de Móstoles: Es un currante. Incorporado dentro de la cuota de empleados con discapacidad a la empresa que limpia el Pradillo y los alrededores, Pepe fue jardinero, mozo de cuadra y más, antes que barrendero. Lleva años trabajando con un ahínco que arrancaría elogios en cualquier profesión con eco mediático. Bueno, pues en Móstoles ser un “currante” de la limpieza urbana sí merece reconocimiento, y aplausos” los que le dedicaro
Un festival impulsado por la Concejalía de Juventud para la reconstrucción
de Haití propició un cónclave de jóvenes con marchamo televisivo, en el
Teatro Villa de Móstoles: presentaron Blanca (de Mujeres y Hombres y Viceversa)
y Ángel (vencedor de la edición undécima de Gran Hermano), bailaron alumnos
de Fama, hubo cantera de Operación Triunfo y aprovecharon la oportunidad
de público grupos de baile urbano y escuelas de danza. El patio de butacas
estuvo a rebosar, a cinco euros la butaca.
La escuela tiene popularidad, siempre que se emita por la televisión y garantice
fama, dinero y sus alrededores. Quién sabe si el cambio de modelo productivo
deba empezar por un reality televisivo protagonizado por ¿ingenieros?
Lo que está fuera de dudas es el tirón de la tele entre los jóvenes
que cantan y bailan. Fuimos testigos en la larga fila de gente al sol para
conseguir estar más cerca de los protagonistas de la gala a beneficio de
los supervivientes del terremoto de Haití. Al escenario subieron, entre otros,
Cristina, Diego, Soraya, Marcos (también impulsor de la gala), Lidia, Jonás,
Noelia, Ianko, Susana y Quique, de Fama, factoría de talentos para el baile.
El granhermano Ángel cantó Lo que había soñado, tema de
aire flamenco con el que pretende aprovechar la efímera popularidad de la tele haciendo
lo que de verdad le gusta: cantar. Hubo quienes cantaron y bailaron, como
David not Guilty, acompañado en la danza por un batallón de jóvenes con coreografía
y atuendo marciales.
La profesora de jazz fusión en Fama, Pau Vázquez, protagonizó uno de los momentos más emocionantes del espectáculo, con el número de Travolta y brillantina a cargo de su grupo de bailarines con discapacidad intelectual. Su nombre, Fusión Arte.
Por cierto: la gala no habría sido posible sin el trabajo de los voluntarios que se ocuparon del acomodo del público y otras tareas logísticas. Ahí van sus nombres, con un aplauso virtual incorporado: Víctor, María Ángeles, Marta, Cristina, Elena, Laura, Esther, Patricia, Fermín, dos Jesús (Muñoz y Vinagre), Carlos y David.
La adversidad es una escuela exigente: pone a prueba el hambre de
todos. Mientras los acomodaticios llevan la resignación tatuada en la cara,
los jóvenes con carácter redoblan el esfuerzo, la disciplina, las ganas
y hasta el humor. Mostoleños de ambos perfiles se cruzaron en la última
feria de formación y empleo de la ciudad, Forem, en junio: se apuntaron
a cursos y bolsas de empleo, deslizaron currículos y rastrearon oportunidades.
Ahora toca esperar a que la tempestad amaine o… probar la vida emprendedora.
Ahí van algunas pautas.
El autoempleo ha dejado de ser una rareza. La crisis afila talentos y hace que la galaxia empresarial no sea territorio exclusivo de vocacionales. Desde la Empresa Municipal de Promoción Económica (c/ América, 3, teléfono 91 664 76 13) incitan a preguntarse: “¿Soy una persona emprendedora?”. Resumen en siete las “cualidades emprendedoras básicas”, hablan de “iniciativa, confianza en uno mismo, capacidad para asumir riesgos, creatividad y espíritu innovador, capacidad de organización y coordinación de recursos humanos, económicos y materiales, capacidad para tomar decisiones y conocimiento del sector o experiencia laboral previa”. Los expertos dicen que, si el resultado del autoanálisis es “mayormente positivo” y si “las circunstancias personales son favorables”, es el momento de dar un paso más.
Urge idea de negocio con “hueco en el mercado”. “La idea puede ser más
o menos novedosa, simple o compleja, original o corriente, puede que exija
un alto presupuesto o poca inversión; puede que se le haya ocurrido antes
a otra persona. Todo eso no importa. Lo más importante es que la idea tenga
viabilidad”, advierten los entendidos. Así que, antes de ponerse a fantasear
con los éxitos, conviene exorcizar fantasmas: necesidades, barreras,
recursos (técnicos, económicos, humanos), competencia, rentabilidad. Los
que pasen el filtro podrán ponerse ya con el plan de empresa, que hay que
dar forma a la actividad. “Debe hacerse por escrito y bien estructurado;
tiene que ser dinámico y flexible; ha de ser claro, sintético y coherente,
a la vez que conciso y en un lenguaje asequible; debe contener la mayor cantidad
de información posible y no dar por sabido ningún detalle, por obvio que
parezca”. Con ayuda de los técnicos municipales el joven detectará “errores”,
podrá “mejorar la idea inicial”, sabrá la viabilidad y, una vez en marcha,
le servirá de “tarjeta de presentación del proyecto a posibles socios, inversores,
colaboradores e instituciones financieras (para ayudas y subvenciones)”.
En la guía Orientamos, que se puede conseguir gratuitamente en el Espacio Joven Ribera, el Espacio Joven Libertad y otros centros públicos de Móstoles, se explican con pormenores los contenidos del plan de empresa, desde los objetivos a los aspectos formales, del mercado a las personas, pasando por el precio, la previsión de ventas, la fabricación, el edificio y así.
Cumplidos los trámites de constitución de la empresa, “comienza la verdadera
aventura, llega el momento de competir en el mercado y de poner en práctica
los aspectos del plan de negocio que llevarán a la empresa a lograr los objetivos
marcados”. Los primeros meses son cruciales: “¿La clientela que demanda mi
producto es el público en el que yo había pensado? ¿He calculado correctamente
el precio? ¿He acertado en mis previsiones de venta? ¿Cuánto me he desviado?
¿Estoy creciendo mucho o sería bueno redimensionarme? ¿En qué he fallado?
¿Funcionan las personas que he contratado? ¿Es adecuada mi forma de seleccionar
al personal? ¿Tengo problemas de tesorería?...”. Preguntas, preguntas, preguntas.
Y una afirmación final, por boca de los especialistas: “Es imprescindible
mantener la motivación y la ilusión a lo largo del proceso”.
En Forem el alcalde, Esteban Parro, recordó que Móstoles ofrecerá 20.000 empleos cuando el puerto seco, el palacio de congresos y el parque tecnológico estén a pleno rendimiento. Los emprendedores más audaces están pensando ya en cómo aprovechar el negocio que se generará en torno al centro de transportes, el enclave de congresistas y las compañías tecnológicas.
Jaime Álvarez Sánchez, Almasy en la órbita bloguera, escribe, dirige teatro, actúa y, por encima de todo, enseña. En el instituto Rayuela, como profesor y jefe de estudios, lleva a puerto una de sus máximas, “disfruta con lo que haces”, y le hace una finta con sonrisa a los pesimistas irredentos: “Ignora a todo aquel que te recuerde que tarde o temprano este trabajo te acabará quemando”. Tiene 33 años y su espíritu creativo sacude incluso a los alumnos más perezosos.
Licenciado en Historia, a Jaime nunca le sedujo “la soledad del investigador”,
prefería “el contacto humano”, así que se lanzó a la docencia. Tras dos cursos
de profesor interino fuera de su “querido Móstoles”, consiguió plaza de docente
de Geografía e Historia en la ciudad, primero en Los Rosales, luego en el
Juan Gris y desde 2006 en el Rayuela. Allí compatibiliza sus clases con la
jefatura de estudios, tarea que le propuso el director, tras unas semanas
intensas de preparación de un musical con alumnos. “Yo me encargaba de la
parte teatral y el director del instituto, Daniel (Río), se ocupaba de la
parte musical; cualquiera que haya participado en uno de estos montajes sabe
que es como un gran hermano en potencia, de un trabajo y un aprovechamiento
humano equiparable a más de 50 clases lectivas; al acabar me propuso la jefatura
de estudios y yo dije que sí, porque había visto la forma de trabajar”.
Jaime es de los que “aprenden de los buenos” (“de los malos simplemente
quédate con que no te gustaría ser como ellos”) y piensa que la docencia
no es una tarea para desencantados; aquí aplica otra de sus máximas: “Cuando
esta profesión deje de gustarte, ¡abandónala!”. Él no piensa hacerlo de momento,
siquiera por el enfado a cuenta del recorte de sueldo a los funcionarios,
del que escribe con acaloramiento en su blog, Espiral de Historias www.espiraldehistorias.blogspot.com.
“El blog es una columna al estilo de los dominicales; empezó como algo anecdótico,
cómodo, pero recibo más de 200 visitas en cada entrada, así que me he puesto
la obligación de hacer una entrada periódicamente”. Su lado “bohemio” le
ha llevado a imponerse renuncias como la de no aceptar publicidad en su bitácora.
La mención a la bohemia no es accidental ni oportunista; Jaime dedicó “la
antigua tesina” de su titulación en Historia a la bohemia madrileña. “De
ahí viene el gusanillo de la literatura y la escritura en mi vida”, analiza.
Aquel estudio universitario no se quedó en un cajón sino que cristalizó en libro, Emilio Carrere, ¿un bohemio?, publicado por la Editorial Renacimiento. Dio pie a “un momento mágico” en la vida de Jaime. “Habían pasado meses desde que entregué el manuscrito a la editorial y no sabía cuándo lo publicarían; estaba de excursión con alumnos por la Feria del Libro, tras una visita al Centro de Arte Reina Sofía, cuando de pronto los chicos ¡vieron mi libro en el stand de Renacimiento en El Retiro! Nos hicimos fotos para inmortalizar ese momento”.
Jaime escribe obras de teatro no sólo para las representaciones del Rayuela.
Ahí está su En torno al 1808, “un capricho histórico musical con
el que profesionales de la educación quisimos contribuir a los fastos para
la conmemoración de 1808, sin filias ni fobias y capaz de imbricar: la historia,
la música, la literatura, la pintura, el teatro y las nuevas tecnologías”.
“Un paseo por tiempos revueltos en el que hacemos valer nuestras armas: la
guitarra, el texto, la voz, el piano y la informática”, resume Jaime, que
lamenta no haberlo podido escenificar en Móstoles durante el Bicentenario,
como sí han han hecho en otros muchos puntos de España. En los últimos meses
ha decidido dar un paso adelante y se está instruyendo en materia actoral.
“Hasta ahora todo era visceral y de sensaciones”, dice quien ha empezado
a buscar desde la esencia y la técnica dramáticas.
Mónica, Eva y Nuria tienen una ilusión nueva desde hace unas pocas
semanas: la clase de estética y peluquería que reciben en el centro de
formación La Milagrosa. La oportunidad inédita es obra del programa de
mediación o Cruce de Caminos de Afandem, que consigue que jóvenes con discapacidad
intelectual convivan con el resto del mundo, en distintos ambientes.
La responsable del programa de mediación, Yolanda, sabía por las educadoras del Centro de Formación Ocupacional de Afandem en Parque Coimbra y por los testimonios de las interesadas, que había varias jóvenes atraídas por la estética y la peluquería. Así que se puso a buscar un lugar en Móstoles donde ese deseo se hiciera realidad. “No fue fácil, llamé a muchos centros y La Milagrosa fue el único dispuesto a firmar un convenio con nosotros; los demás se excusaron diciendo que era difícil, que no estaban preparados…”, explica Yolanda, acostumbrada a encontrar distintas actividades para las chicas, lo mismo un curso de gimnasia que la colaboración en una ludoteca. Al final ocho jóvenes con discapacidad intelectual han conseguido plaza en el centro de estética La Milagrosa, cuatro los martes y otras tantas los miércoles.
Elegimos un miércoles y pudimos sólo conversar con tres, porque la cuarta
chica, Mayte, estaba lesionada. La mediadora, que ha sido psicóloga de las
tres protagonistas de este artículo, nos contó que Eva es la persona “más
responsable” que conoce, “muy exigente consigo misma y muy trabajadora”;
tiene 25 años, acude a diario al centro ocupacional de Afandem en Parque
Coimbra y entre sus actividades de integración está el voluntariado en la
asociación Melpómene, en El Soto. El miércoles la vimos maquillar manos (¡nada
de pintar uñas!) con delicadeza y precisión. En un descansillo la preguntamos
por lo que le gusta hacer en los ratos libres. “Escucho música y salgo con
los amigos”. ¿Un grupo preferido? Se lo piensa un instante y finalmente menciona
a Quico y Sara.
A Mónica le encanta peinar y maquillar, y lo hacen ocasionalmente, “a nivel casero”, en Coimbra. Así que estaba predestinada a probar en La Milagrosa. “Me gusta mucho”, asiente, mientras aprende a extender con tiento la crema de masaje para las manos. La mediadora se quedó sorprendida con la reacción de Mónica a la oportunidad en el centro de estética: “Suele tener miedo a lo nuevo y le horroriza cometer errores; pero cuando le hablamos de esta actividad nos dio un sí rotundo”. Esta joven de 30 años ejerce de voluntaria en una ludoteca de El Soto y también practica la natación, entre otras acciones integradoras. “El primer día no vino tan nerviosa como yo suponía, porque le encantaba la actividad y había otras compañeras del centro; ahora ve que la sale bien y la reacción es genial”.
Conocemos a Nuria practicando una de sus actividades preferidas: el masaje. Ha cogido al vuelo las instrucciones de Chon, la profesora: “El masaje de manos siempre de abajo a arriba”. Cuenta la mediadora que Nuria no estaba haciendo ninguna actividad de ocio y le habló de La Milagrosa a los padres. “Sabíamos que le encanta dar masajes, así que se los propusimos a los padres y nos dijeron que adelante”. Nuria, de 33 años, dedica las tardes a leer y a pintar series de paisajes: “Dos árboles, un jardín y tres pájaros; bueno, a veces también pinto personas”, especifica.
La profesora revela que la experiencia está siendo muy enriquecedora para
las estudiantes de estética con las que practican y para ella misma. “Las
chicas han reaccionado muy bien, han dado una lección de voluntad y cariño
que me ha sorprendido; están pendientes y se han integrado muy bien”. Yolanda
va en la misma línea: “Casi no es necesario que esté yo aquí, porque las
estudiantes de estética se los están haciendo muy fácil a Nuria, Mónica y
Eva”. Toman un tentempié en el parque con ellas, en el descanso, y el primer
día las tres nuevas alumnas salieron con las manos maquilladas a la perfección.
“Estaban muy contentas, se las enseñaban a todo el mundo”, recuerda la mediadora.
“Intentamos que las chicas les hagan algo bonito cada semana para que se
lleven una especie de premio”, añade Chon.
Éxito compartido: del Centro de Formación La Milagrosa (plaza del Turia, teléfono 91 6474451) y de Afandem, que ahora forma el Grupo Amás junto a otras cuatro entidades madrileñas dedicadas a las atención a personas con discapacidad intelectual.
La V Muestra de Cortometrajes de los centros de enseñanza secundaria
de Móstoles y Arroyomolinos dejó para la posteridad un superhéroe cómico
especializado en salvar a freaks acosados en el instituto (El
revelador), varias desapariciones adolescentes (Timelapse, Amanda y La
franja), historias en plastilina (Er prinsipito y Romeo
y Julieta) y una proclama contra la droga (Sopla), entre
otras peripecias. Alumnos del Luis Buñuel, Miguel de Cervantes, Rayuela,
Antonio de Nebrija, Europa y Gabriela Mistral aceptaron la oportunidad-desafío
de la Concejalía de Juventud: “No te cortes, haz tu corto”.
En la proyección de los cortometrajes en el centro sociocultural Joan Miró se apreciaron detalles estéticos al estilo de series televisivas como 24, ecos del humor gamberro sublimado en espacios como La Hora Chanante, gusto por el suspense con fondo real o con aire marcadamente fantástico, esquirlas de romanticismo, algún mensaje esencial y homenajes al pasado audiovisual con criaturas en plastilina como ese prinsipito en un “viaje interestelar realizado por terrícolas atípicos”. Hubo curiosidades a mansalva, como esos títulos de crédito de Romeo y Julieta (instituto Nebrija) en que se avisaba de que los autores no firmaban autógrafos ni concedían entrevistas, ese falso tráiler que apelaba a “esa extraña sensación que recorre tu espalda cuando ves a Alguien que te suena” (instituto Luis Buñuel) o esa música vampírica para una historia de adolescentes fascinados por lo desconocido/el bosque (La franja, instituto Miguel de Cervantes).
Unos días antes de la proyección Distrito Joven estuvo en la grabación
del vídeo de testimonios de algunos cortometrajistas de la V Muestra. Nabil
Boufada, de TimeLapse (Rayuela), mencionó los problemas que tuvieron
para que no se notara la discontinuidad temporal (grabaron con abrigos en
febrero y julio) y las risas que echaron creando un telediario ful. Escuchamos
a Lorena González, de Eterna Noche (instituto Europa), contar lo
“bien” que lo pasaron, pese a los “problemillas técnicos” que les complicaron
el sonido y el montaje. Illán Garrido, de Alguien que te suena (Luis
Buñuel), desveló que los organizadores los “apretaron mucho con los tiempos”,
que, como la historia se quedaba corta, hicieron “un tráiler falso” y que
disfrutaron mucho del rodaje en el centro de la capital; “fue un poco suicida”,
recordó. Para los autores de La Franja, del instituto Miguel de
Cervantes de Arroyomolinos, filmar en un bosque fue “una experiencia inolvidable”.
“Estaba todo el mundo estresado, nos costó aprender los diálogos, había mucho
viento, mucho ruido…”. La concejal de Juventud, Eva Sánchez, dio las gracias
a los profesores por su apoyo y recordó que la muestra fue una demanda de
los jóvenes aspirantes a cortometrajistas. “Los alumnos sois los únicos protagonistas:
elegís tema, guión, lugar”, celebró.
Lo de Dom Pro, trío mostoleño de hip hop, es la Contra, una “acción”
musical con la que pretende sacar a los jóvenes del letargo paradójico en
un mundo hipercomunicado. Le sirven tanto un concierto en la plaza del Cuartel
Huerta, por las fiestas del distrito Centro, como ese cómic que cuelga de
su Facebook www.facebook.com en
el que son capaces de hilar a Gutenberg con Obama y hasta el rostro de un
presentador televisivo rosa. Ese viernes, en el Cuartel Huerta,
actuaron también Flow Bajo Cuerda, Margen de Error y Gran Familia Sound.
Adrián Oliva, estudiante |
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Raquel Requena, estudiante |
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Alberto Rolle Ortega Rupar, estudiante y rapero |
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