se agenció los 600 euros del máximo galardón por
una instantánea de los desayunos populares del último septiembre.
“Todos vamos a las fiestas en busca de otro punto de vista; yo
madrugué, busqué puntos de luz y al final hice la foto con el sol
a la contra”, explicó al inaugurar la muestra defotografías premiadas
y finalistas en el Museo de laCiudad. Onieva tiene 26 años, trabaja
en ocioytiempo libre en la Concejalía de Juventud, y fotografía
en cualquier trance, incluidas las inmersiones acuáticas. Sueña
con que la fotografía pase de afición a todo en su vida, en forma
de negocio.
Para el segundo premiado, la fotografía es pasión,
porque su oficio es el trabajo social y la programación informática.
Su montaje de varios instantes de un recortetaurino en una sola
fotografía, que le valió 250 euros de galardón, fue un guiño a los
teóricos del arte, Duchamp y los dadaístas; también fue el resultado
de una búsqueda de“originalidad”, característica quehace identificable
sus fotografías, según nos contó el autor, lo mismo que el misterio,
la plasticidad. A sus 34, Raúl Baratas ha cosechado otros premios,
como el de la fotografía más original a juicio de grandes arquitectos
de España. Raúl es “autodidacta” y trabaja también la imagenanalógica,
“positivando y revelando las fotos”, como se hacía antañazo.
[Onieva sueña con vivir de la fotografía, Baratas persigue el misterio y Taghavi investiga. Todos han contribuido a “que perduren las sensaciones de las fiestas”, según Eva Sánchez]
Entre pequeños y mayores El Churri supera los 400 socios, lo que la convierten en “la peña más numerosa de Móstoles”, una ciudad de la que Julio destaca “el buen trato, la buena gente, el espíritu trabajador y la amabilidad, la convivencia durante las fiestas”. Le preguntamos por lo que más le gusta de Móstoles y remarca “la facilidad que tienes para hacer deporte” y el hecho de que “todavía queda campo para disfrutar del mundo rural”. En cuanto a lo que le disgusta de la ciudad, se queda pensativo y espeta: “Ahora hay pocas cosas que me disgusten, porque ahora Móstoles está muy tranquilo”.
Pertenecer a una peña es una sensación extraordinaria, subraya. “Merecen la pena, porque se viven las fiestas con pasión, de la mañana a la noche; ir vestido de peñero es un sentimiento hacia el pueblo”.
El
tercer galardonado, optó por captar el torbellino de luces de una atracción
ferial (150 euros). “Escogí ese momento porque hacía tiempo que quería
hacer fotos de luces, movimiento y larga exposición, así que busqué
una buena zona, hice la fotografía y ahí está el resultado”, detalló
al recibir el premio.Taghavi tiene 22 años, estudia anatomía patológica
y citología y lleva menos de un año cazando instantes con la cámara.
“Empecé por una asignatura y aquello me dio pie a investigar”, explica.
El objetivo de estos galardones convocados por la Concejalía de Festejos ha sido
“que perduren las sensaciones de la fiestas patronales, un acontecimiento que
exige mucho tiempo de preparación y que luego pasa demasiado rápido”, en palabras
de la titular del área, Eva Sánchez. Objetivo conseguido.