Código: A1.10
Plazo de presentación: Hasta el 07 de septiembre de 2025.
Fecha de fin: 7/09/2025
Tema: Exposiciones
Categoría: Actividades culturales
Entidad convocante: Museo Nacional Thyssen Bronemisza.
Lugar: Madrid
Presentación:
Lugar: Paseo del Prado, 8. 28014 Madrid.

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Requisitos:
Personas interesadas.
Descripción:
- Ayako Rokkaku nació en Chiba (Japón) y actualmente vive y trabaja entre Berlín, Oporto y Tokio; comenzó a pintar de niña, aunque se convirtió en artista hacia los veinte años. Rokkaku ama la pintura abstracta,en su primer viaje a Nueva York descubrió con emoción las obras de Jackson Pollock y de Cy Twombly, pero siente la necesidad de incluir en ella ojos, orejas o cuernos, pequeñas figuras que delatan una vida animada.
- En sus cuadros hay criaturas de grandes ojos que flotan entre nubes multicolores, unas nubes arcoíris siempre cambiantes que representan la fugacidad. Rokkaku ha encontrado otros personajes que flotan entre nubes en el Paraíso de Tintoretto, expuesto en el hall de nuestro museo, obra a la cual rinde homenaje en un cuadro titulado Paraíso y en el título de esta muestra. La artista no entiende el Paraíso como un lugar fijo o un estadio final, sino como una sensación efímera que vivimos pero que no podemos retener.
- Rokkaku no aplica la pintura con pinceles, sino con los dedos (a veces sobre soportes encontrados), siguiendo la larga tradición de pintura hecha con los dedos que viene de la prehistoria y llega hasta Miró, Pollock o Twombly. Para Rokkaku, esta es otra forma de recuperar el mundo de la infancia, la libertad del niño. Las sensaciones táctiles son una fuente de inspiración para ella y un canal básico para recibir y transmitir energía.
- La práctica de Rokkaku es improvisada, espontánea: casi siempre comienza sin un boceto preciso y, aunque tenga una idea inicial, muchas veces se transforma durante el proceso pictórico. Su enorme interés por el proceso la ha llevado también a cultivar la performance pictórica, la ejecución del cuadro ante el público, en la que la artista se entrega al acto de pintar con una concentración que irradia serenidad. La pintura en vivo, ceñida a un tiempo muy limitado, plasma mejor que ninguna el valor del instante presente, de ese momento en que nos sentimos Paraíso.
Información elaborada por Centro Regional de Información y Documentación Juvenil (CRIDJ)